EDITORIAL
Nuevo plan de estudio para la Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas
A new program of study for the Bachelors degree in Pharmaceutical Sciences
En la educación superior cubana se realiza una revisión profunda para actualizar los programas de formación e investigación de las universidades, en función del desarrollo económico y social del país. El análisis de los nuevos escenarios y condiciones complejas que se vislumbran para las próximas décadas del siglo XXI, conllevaron al planteamiento de un conjunto de políticas para el perfeccionamiento del proceso de formación de los profesionales cubanos, sobre la base de tres pilares básicos: la formación continua, el incremento de la calidad en el proceso de formación y el concepto de formación integral.1
La Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas se imparte en diversos países y universidades del mundo. Los estudiantes egresan como licenciados en farmacia, químicos farmacéuticos o bioquímicos farmacéuticos. Requiere de una amplia formación teórico-práctica química, biomédica, tecnológica y asistencial, apoyada por un extenso currículo complementario, debido a su perfil amplio. Como tendencia, en algunas universidades la carrera se imparte orientada hacia dos perfiles: tecnológico y asistencial.
La profesión farmacéutica ha evolucionado vertiginosamente. Actualmente enfrenta importantes retos asociados al uso incorrecto de los medicamentos y a la necesidad de fortalecer la atención del farmacéutico hacia el paciente y su bienestar.
A estos se suma el limitado acceso a los medicamentos por parte de la población mundial (solo el 15 % consume el 90 % de los medicamentos) y las crecientes exigencias desde el punto de vista regulatorio, que demandan un reforzamiento de dichos aspectos en la formación profesional.
En Cuba, la industria biofarmacéutica ha experimentado un importante crecimiento en las últimas décadas y proyecta la ampliación de sus capacidades productivas a mediano plazo. La duración actual de la carrera retrasa el ciclo de formación y la encarece, disminuyendo además la posibilidad de ofrecer una respuesta más rápida a la demanda laboral, tan necesaria teniendo en cuenta el envejecimiento de la fuerza laboral y la contracción demográfica que se está produciendo en el país. Consecuentemente, la Licenciatura en Ciencias Farmacéuticas se incluyó entre las primeras carreras de ciencias naturales que debían transitar hacia otra generación de planes de estudio, en el menor plazo posible.
A partir del curso 2017 - 2018, la carrera de Ciencias Farmacéuticas comenzó a impartirse con un nuevo plan de estudios "E",2 aprobado el 29 de junio de 2017 por el Ministerio de Educación Superior. Sin embargo, este plan solo se inició en el Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL), perteneciente a la Universidad de La Habana (como institución rectora). En los restantes centros de Educación Superior (CES) del país, donde también se imparte la carrera (Universidad Central Martha Abreu de Las Villas y la Universidad de Oriente), se comenzará este plan en el curso 2018-2019.
Entre las principales transformaciones se destaca la reducción del ciclo de formación a cuatro años en la modalidad presencial (Curso diurno) y a cinco años en la modalidad semipresencial (Curso por Encuentro). En la modalidad semipresencial, se incluyeron por primera vez las asignaturas correspondientes a las disciplinas Farmacia Social y Práctica Laboral Farmacéutica. De esta forma se garantiza la equivalencia entre los planes de estudio en ambas modalidades. Además, se asegura el dominio de los modos de actuación del profesional, donde juega un rol esencial la disciplina principal integradora.
Otro elemento importante, es el establecimiento del requisito previo a la culminación de estudios para el idioma inglés con un nivel B1+. Aunque el estudio del inglés desaparece del currículo, se refuerza el uso de este idioma durante el proceso de formación a través de múltiples acciones que se desarrollan como parte de una estrategia curricular.
El plan de estudio de la carrera se estructura horizontalmente por año académico y verticalmente por disciplinas. Cada año académico se organiza en periodos lectivos (semestres) y cada disciplina por asignaturas. Como resultado de las profundas transformaciones curriculares derivadas del intenso trabajo metodológico desarrollado por el claustro de los tres CES involucrados, así como del frecuente intercambio con estudiantes y empleadores, se redujo el número de disciplinas de 17 a 15, integrando los contenidos con un hilo conductor común. El fondo de tiempo del currículo en la modalidad presencial se redujo en 1 501 horas, mientras que en la modalidad semipresencial se redujo en 960 horas. En correspondencia, se revisó la articulación entre las enseñanzas en pregrado y postgrado que aseguran la formación continua del farmacéutico cubano.
Se actualizó el modelo del profesional, según el enfoque de carrera con perfil amplio,3 donde el objeto de trabajo del farmacéutico no se limita al medicamento; sino que se orienta hacia otros productos de interés también relacionados con la salud (diagnosticadores, suplementos y cosméticos). En correspondencia, se redefinieron los principales problemas a resolver a través de la formación profesional, teniendo en cuenta los cambios operados en el contexto nacional e internacional.
El incremento en la complejidad de los problemas a resolver hace que estos se enfoquen a partir del análisis intradisciplinario e interdisciplinario. Se proponen cambios basados en las recomendaciones del MES,1 en los métodos y formas de evaluación (se reduce la cantidad de exámenes finales tradicionales). Se establece un adecuado balance entre las tareas académicas, laborales e investigativas, ya que el proceso de aprendizaje no se restringe a las actividades académicas presenciales. Se crean espacios de reflexión colectiva para propiciar el rol de los estudiantes como actores principales del proceso. La labor educativa del profesor está en lograr que los estudiantes se sientan interesados por la adquisición de nuevos conocimientos de su perfil profesional. Todo lo expresado solo es posible si se generaliza y sistematiza el empleo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
La verdadera flexibilidad del plan de estudio "E" en la carrera, se asegura a partir del establecimiento del currículo básico de obligatorio cumplimiento en todos los CES del país, que representan 79,8 % para el curso diurno y 85,2 % para el curso por encuentro (este solo se imparte en el IFAL). El resto del currículo se completa con el currículo propio y optativo-electivo.
A través del currículo propio, cada CES incluye contenidos dirigidos a satisfacer necesidades específicas del desarrollo regional, lo cual garantiza mayor pertinencia del currículo. Entre los contenidos identificados como propios se destacan los relacionados con la Farmacognosia y química de los productos naturales , la logística del medicamento y la farmacoepidemiología, la atención farmacéutica, entre otros, por presentar desarrollo y particularidades que difieren en las regiones occidental, central y oriental del país.
El currículo optativo-electivo, por primera vez se ubica en el curso diurno, en su mayoría al final del proceso de formación (primer semestre del último año) y representa el 5,78 %. Los estudiantes pueden seleccionar de una amplia bolsa de asignaturas, aquellas que resulten más importantes para el desarrollo de sus trabajos de investigación. Las asignaturas a cursar corresponden en su mayoría a los dos perfiles que se encuentran bien identificados a nivel internacional: tecnológico y clínico asistencial, donde la experiencia del claustro en cada CES resulta fundamental. No obstante, se planifican otros espacios para cursar optativas de carácter general. La actualización continua de la bolsa de optativas favorece también la elevada pertinencia del currículo.
En la modalidad semipresencial se cursan asignaturas optativas que representan el 4,5 % del total del fondo de tiempo, distribuida entre el tercero y quinto año, ofertadas en función de la composición e intereses de los estudiantes matriculados cada curso.
Se fortalece el uso correcto de la lengua materna a través del desarrollo de habilidades de comunicación declaradas desde las diferentes disciplinas. Se incide en la necesidad de comunicar contenidos relacionados con la profesión a cualquier auditorio, empleando recursos didácticos básicos y las TIC, mediante el uso de métodos de participación grupal en las clases prácticas, los seminarios y exposición de las tareas, así como en las defensas de los trabajos de curso. La cultura de la profesión es objeto de una estrategia curricular abordada desde las asignaturas de formación básica y profesional y en actividades de extensión universitaria a través de todo el ciclo de formación. Esta estrategia integra la historia de Cuba vinculada al desarrollo científico y tecnológico en el sector farmacéutico, con las valoraciones políticas, jurídicas, económicas, ambientales y sociales que caracterizan a este tipo de profesional.
La nueva propuesta ofrece al estudiantado cubano una carrera de perfil amplio, de mayor pertinencia y actualidad, que en su diseño consideró como elemento fundamental la satisfacción de todas las partes interesadas: estudiantes, profesores, empleadores y sociedad.
YANIA SUÁREZ PÉREZ
Presidenta
de la Comisión Nacional de la Carrera.
Instituto
de Farmacia y Alimentos. Universidad de La Habana.
Correo electrónico: yaniasp@ifal.uh.cu
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Cuba. Ministerio de Educación Superior. Documento base para el diseño de los planes de estudio "E". La Habana: MES; 2017.
2. Cuba. Ministerio de Educación Superior. Plan de estudio E: Carrera Ciencias Farmacéuticas. La Habana: MES; 2017.
3. Horruitiner Silva P. La Universidad Cubana: el modelo de formación. La Habana: Editorial Félix Varela; 2006.
Recibido: 05 de
marzo 2018.
Aprobado: 05 de
abril de 2018.
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