Servicios Farmacéuticos basados en Atención Primaria en Salud, nuevo paradigma para el profesional farmacéutico

ARTÍCULO DE REVISIÓN

 

Servicios Farmacéuticos basados en Atención Primaria en Salud, nuevo paradigma para el profesional farmacéutico

 

Pharmaceutical Services based on the primary health care, a new paradigm for the pharmaceutical professional

 

 

Francisco Debesa García,I Grisel Viña PérezII

I Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED). La Habana, Cuba.
II Departamento de Farmacoepidemiologia. Dirección Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica. MINSAP. La Habana, Cuba

 

 


RESUMEN

El farmacéutico cubano aún no ocupa su lugar como profesional de la salud en Cuba. La OPS insiste en que este profesional se integre de manera plena al equipo de trabajo de la APS. Se realizó un estudio observacional, descriptivo y retrospectivo, para el cual se realizó una búsqueda activa de fuentes primarias y secundarias de información. El objetivo fue describir el estado actual del desarrollo de los servicios farmacéuticos en Cuba. En el año 2016 se actualiza el marco regulador de esta actividad en Cuba, como resultado de ello se logran algunos avances con relación a las funciones de la actividad farmacéutica, pero con aspectos aún por perfeccionar. Los autores plantean la necesidad de seguir trabajando para trabajar en lo orientado por la OMS/OPS con relación a la integración del profesional farmacéutico al trabajo del equipo de salud en la APS.

Palabras clave: APS; Atención Farmacéutica; OPS, Servicios farmacéuticos.


ABSTRACT

The cuban pharmacist has failed to take his place as a health professional in Cuba. PAHO has insisted that this professional be fully integrated into the PHC work team. An observational, descriptive and retrospective study was performed, for which an active search of primary and secondary sources of information was performed. The objective was to describe the current state of development of pharmaceutical services in Cuba. In the year 2016, the regulatory framework for this activity in Cuba is updated, as a result of which some progress has been achieved in relation to the functions of pharmaceutical activity, but with aspects yet to be improved. The authors point out the need to continue working to work on the WHO / PAHO-oriented approach to integrating the pharmaceutical professional into the work of the health team in PHC.

Key words: APS; Pharmaceutical Care; PAHO; Pharmaceutical Services.


 

 

INTRODUCCIÓN

En el año 2006, se publica un artículo titulado "El Farmacéutico y la salud Pública",1 en el mismo se intentaba hacer una reflexión sobre un grupo de factores que atentaban contra la aspiración de que el farmacéutico pudiera ocupar su espacio como un verdadero profesional en el sistema de salud cubano. Pasados 10 años la realidad que se observa no dista mucho de lo visto en aquel entonces, sobre todo a nivel de Atención Primaria de Salud (APS), donde su labor fundamental debería ser la de formar parte del equipo de salud, orientando su actividad a garantizar un adecuado uso de los medicamentos por los pacientes, participando en campañas de educación y prevención sanitaria, dirigidas a promover una mejora de la salud y un mayor bienestar de los ciudadanos, algo todavía lejano para el profesional farmacéutico actual.

El objetivo de esta investigación es describir el estado actual del desarrollo de los servicios farmacéuticos tanto en Cuba como en la región, así como discutir el nuevo papel que la OPS le asigna a los servicios farmacéuticos dentro de la APS.


MÉTODOS

Estudio observacional, descriptivo y retrospectivo, para el cual se realizó una búsqueda activa de fuentes primarias y secundarias de información en la hemeroteca médica y varios centros de información, en revistas indexadas sobre el tema de los servicios farmacéuticos; así como una meticulosa y continuada búsqueda en Internet que incluyó los sitios de la OMS/OPS y Agencias reguladoras de medicamentos.


DESARROLLO

SITUACIÓN INTERNACIONAL

Durante los últimos años del siglo XX, las funciones y los procesos vinculados con la logística del medicamento se fueron perfeccionando y fortaleciendo, sin embargo, mucho más lentamente se implementan las políticas orientadas al uso racional de medicamentos y a las acciones para instrumentar todos los procesos dirigidos a los pacientes, que se desarrollan en los servicios farmacéuticos.2

En los Estados Unidos durante la década de 1960 se desarrolló la denominada Farmacia Clínica, fundamentalmente en el ámbito hospitalario, con un concepto más bien relacionado con la práctica profesional y con un énfasis principal en el medicamento y en la terapia individual.

El American College of Clinical Pharmacy (ACCP por sus siglas en inglés) la definió como "una disciplina de las ciencias de la salud en la cual los farmacéuticos proveen atención a los pacientes que optimiza la terapia medicamentosa y promueve la salud, el bienestar y la prevención de enfermedades".3

Después de algunos años de implementada, una reflexión crítica acerca de la farmacia clínica llevó a algunos farmacéuticos a concluir que no hubo logros con respecto a la propuesta de dar el énfasis al paciente, dado fundamentalmente porque la mayor parte de la práctica farmacéutica estaba dirigida a apoyar el equipo de salud, centrándose de manera particular en el medicamento y sin apenas ninguna interacción con el paciente.

En este contexto, Hepler y Strand4 propusieron una filosofía novedosa de la práctica farmacéutica, definida como Atención Farmacéutica (AF), la cual ya implicaba un proceso donde el farmacéutico coopera con el paciente y con otros profesionales de la salud, asumiendo su responsabilidad, en el logro de la calidad de la farmacoterapia.

Todas estas prácticas a nivel internacional no encerraron toda la extensión y el desarrollo esperado, cuando se analizan las principales causas de la pobre generalización de las mismas, se constatan muchos más elementos externos que la propia capacidad técnico-profesional de los farmacéuticos, entre los que se pueden citar la insuficiente disponibilidad de profesionales farmacéuticos, aislamiento o falta de integración de los servicios farmacéuticos (SF) a los sistemas locales de salud, estructura inadecuada de las farmacias, falta de tiempo del farmacéutico por la multiplicidad de tareas rutinarias que asume, muchas de las cuales podrían ser asumidas por técnicos, necesidad de sistemas, herramientas informáticas, fuentes de información y documentación, falta de apoyo de los gobiernos y las autoridades nacionales para implementar las políticas de la AF, entre otras.4

Un objetivo siempre presente en todas estas prácticas, es lograr el papel del farmacéutico en los servicios de salud, con énfasis en la importancia del mismo para contribuir a satisfacer la necesidad social de disponer de una atención en salud efectiva, segura y económica, destacándose además la importancia del "método de trabajo en equipo", algo vital para obtener un rendimiento óptimo de los recursos, tanto humanos como financieros, para atender las necesidades asistenciales.4

SITUACIÓN EN CUBA

Ninguno de estos modelos desarrollados internacionalmente y que fueron descritos con anterioridad se han implementado en Cuba de manera generalizada, existiendo solo algunos intentos aislados con muy buenos resultados; ejemplo de ello fue el desarrollo de la farmacia clínica en el Hospital Amalia Simoni de Camagüey y en las provincias de Santiago de Cuba y Villa Clara.5,6 liderada en estas dos últimas provincias por los Departamentos de Farmacia de las respectivas Universidades.

En la publicación ya referida del año 2006,1 se señalaba que los farmacéuticos comunitarios están en una situación óptima para realizar actividades de prevención y promoción de salud, ya que disponen de la posibilidad de una comunicación y acceso al público que a veces es más difícil para otros profesionales sanitarios. Por tanto, desde la farmacia se puede educar a los usuarios con el fin de disminuir los factores de riesgo y modificar sus comportamientos en sentido favorable a la salud.1

Se comentaba además como una debilidad en el trabajo del farmacéutico en las farmacias comunitarias, que el mismo era circunscrito solamente al trabajo con el medicamento, sin apenas valorar sus potencialidades como promotor de salud en la comunidad.1 Se ponían como ejemplos positivos el desarrollo alcanzado por la Farmacoepidemiología y la creación de las Farmacias Principales Municipales, ambas muy debilitadas en los últimos años; así como las figuras docentes de las Maestrías en Farmacia Clínica y Farmacoepidemiología como fortalezas para un desarrollo del farmacéutico en Cuba, las que continúan graduando profesionales pero no son capaces "per sé" de garantizar la formación de todos los profesionales encargados de desarrollar estos modelos de desempeño farmacéutico en Cuba.

Finalmente se plantea que a pesar de que eran evidentes un grupo de acciones realizadas para que el farmacéutico de atención primaria tuviera un lugar en la mejora de salud de la población, todavía se encontraba muy lejos de brindar el aporte esperado de este profesional,1 algo que actualmente se mantiene con las mismas problemáticas descritas en aquel momento.

EL FARMACÉUTICO Y LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD (APS)

Es necesario dar respuesta a dos interrogantes

¿Qué ha ocurrido en el entorno internacional y nacional desde aquel ya lejano 2006 hasta el presente? y ¿qué situación presenta el profesional farmacéutico para enfrentar el reto planteado por la OPS de que sea parte integrante del equipo de salud en la APS?

En el año 2007, al asumir la Dra. Margaret Chan la Dirección General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), adquirió el compromiso de trabajar en el desarrollo de la APS,7 al reconocer que los Estados Miembros a través de sus instancias normativas perciben la necesidad de contar con sistemas de salud más equitativos, integradores y justos, con una perspectiva más integral sobre la eficacia del conjunto del sistema de salud. La resolución WHA_62R_12,8 refuerza el compromiso de continuar trabajando en el fortalecimiento de los sistemas de salud basados en la APS y da un mandato específico a la OMS para apoyar a los países en este desafío.

Desde ese momento la OPS/OMS trabajan para reposicionar la estrategia de APS renovada como instrumento para el alcance de la Cobertura de Salud Universal (CSU) donde el acceso a los productos médicos y tecnologías seguras y eficaces forman parte de uno de los tres dogmas fundamentales para la CSU.9

Desde la creación de la OMS, los medicamentos se consideran como insumos prioritarios para alcanzar el derecho al nivel máximo de salud.

En 1977 se lanzó el concepto de "Medicamentos Esenciales" (ME) y a partir de la Conferencia Mundial sobre Atención Primaria de Salud, los mismos fueron considerados como uno de los ocho elementos necesarios para lograr la meta de salud para todos. Desde entonces, los ME constituyen uno de los pilares de la formulación e implementación de políticas farmacéuticas nacionales, con un enfoque de salud pública y de derecho.9

En el año 2008, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), comienza a promover una iniciativa para fortalecer los SF sobre la base de su desarrollo como integrante esencial dentro de la APS, actividad promovida como parte del fortalecimiento de los sistemas de salud en las Américas.

A pesar de los esfuerzos y recursos que se invierten, el acceso y el uso racional de medicamentos constituyen un gran desafío en la mayoría de los países de la región, entre los principales inconvenientes presentes se pueden mencionar los múltiples problemas que se presentan en la gestión de los insumos, así como un uso inadecuado de medicamentos tanto por parte de los pacientes y usuarios, como de prescriptores y dispensadores.9

Por estas razones es necesario cambiar el enfoque de las políticas y estrategias en medicamentos, tendiendo a elaborar las "políticas farmacéuticas" que hasta ahora sólo poseen como eje central la estrategia en el producto medicamento. Por ello la nueva visión de los servicios farmacéuticos es priorizar al individuo, la familia y la comunidad (IFC), satisfaciendo sus necesidades de salud, buscando garantizar la atención integral, integrada y continua de la población, teniendo al medicamento como uno de los elementos esenciales, contribuyendo a su acceso equitativo y a su uso racional.9

En el año 2009, se realiza un taller auspiciado por la OPS sobre el modelo de "Servicios Farmacéuticos basados en Atención Primaria en Salud". El cual tuvo como objetivo fundamental definir los lineamientos para la elaboración de directrices regionales para el desarrollo de servicios farmacéuticos como parte integral de los servicios de salud basados en APS. En el mismo participaron 19 profesionales de diferentes países entre médicos, farmacéuticos y enfermeras, pertenecientes a los Ministerios de Salud, Seguridad Social, la Academia, ONGs y la OPS. En este taller estuvieron representados profesionales de Republica Dominicana, Nicaragua, Brasil, Colombia, Costa Rica, y expertos de la OMS/OPS con gran experiencia en el área farmacéutica.

Como resultado del taller se definió la Visión de lo que se quiere lograr en la región en lo relacionado con los servicios farmacéuticos, quedando la misma redactada de la siguiente forma: "servicios farmacéuticos, con relevancia social, integrados al sistema de salud basados en APS, que respondan a las necesidades del individuo, la familia y la comunidad, con roles y funciones bien definidos que promuevan estilos de vida saludables, el acceso y el uso racional de medicamentos, contribuyendo a su derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud".9

Como parte de esta iniciativa, se elaboró el documento "Guía para el desarrollo de servicios farmacéuticos basados en APS", el cual fue discutido en varias reuniones de expertos y sometido a una consulta pública. Asimismo, la Federación Internacional de los Farmacéuticos (FIP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizaron en 2011 las Buenas Prácticas de Farmacia, que constituyen las normas de calidad para los servicios farmacéuticos.9

Estos documentos fueron tema de discusión en reuniones llevadas a cabo en Costa Rica y Uruguay, organizadas conjuntamente por la OPS, el Foro Farmacéutico de las Américas (FFA) y la Federación Internacional de los Farmacéuticos (FIP), experiencia que se replicó posteriormente en Argentina en el año 2012.

Como resultado de todo ello, se publica en el año 2013 un documento de posición de la OPS/OMS con relación a los Servicios Farmacéuticos basados en la APS, en el mismo se definen los servicios farmacéuticos como el "Conjunto de acciones en el sistema de salud que buscan garantizar la atención integral, integrada y continua a las necesidades y problemas de salud de la población tanto individual como colectiva, teniendo el medicamento como uno de los elementos esenciales y contribuyendo a su acceso equitativo y su uso racional. Estas acciones desarrolladas por el farmacéutico, o bajo su coordinación, incorporado a un equipo de salud y con la participación comunitaria, tienen como objetivo la obtención de resultados concretos en salud con vistas a la mejora de la calidad de vida de la población".10 Se definen además las categorías, dominios o grupos de funciones requeridas para la práctica farmacéutica, organizadas en cuatro grandes grupos:10

  • las vinculadas a las políticas públicas y a la organización y gestión de sistemas y servicios farmacéuticos
  • las vinculadas al medicamento
  • las directamente vinculadas al paciente, familia y comunidad
  • las vinculadas a la investigación y la gestión del conocimiento
  • las vinculadas al desempeño profesional

Un aspecto interesante que se discute en este documento es la reorganización de los servicios farmacéuticos desde una nueva perspectiva utilizando la gestión por procesos.

Es importante señalar que la "entrega de los servicios farmacéuticos" se define como un proceso clave, porque es el que implica la relación directa con el usuario/paciente.10 De este proceso forman parte las actividades de promoción de salud, dispensación, acompañamiento farmacoterapéutico, farmacovigilancia y apoyo a la automedicación responsable,10 procesos que hoy en las farmacias comunitarias no forman parte de las tareas prioritarias de los profesionales y técnicos, dedicados fundamentalmente a tratar de garantizar la presencia de los medicamentos y su atención desde el punto de vista técnico.

Posteriormente se definen los procesos estratégicos que corresponden a aquellos que brindan las directrices de la organización (políticas y planificación), así como los que no están relacionados directamente con el paciente pero contribuyen a su atención. Las actividades de estos procesos son la planificación, la implementación, la gestión y la evaluación de los servicios farmacéuticos; el desarrollo e implementación de un sistema de gestión de calidad para los servicios farmacéuticos; la participación en la selección de medicamentos y en la evaluación de las tecnologías en salud; el proporcionar información sobre los medicamentos;la participando en el diseño, monitoreo y evaluación de los ensayos clínicos; la promoviendo una educación permanente de los recursos humanos y dando respuesta a situaciones de prevención y mitigación de desastres y emergencias sanitarias,10 prácticamente en ninguna de estas tareas denominadas estratégicas participan actualmente y de manera activa los profesionales de farmacia en Cuba.

Resulta muy interesante ver como las actividades que hoy son el centro del quehacer de los farmacéuticos cubanos, como la gestión del suministro de medicamentos y otras tecnologías sanitarias, la formulación y elaboración de preparaciones magistrales extemporáneas de medicamentos; el reempaque de medicamento y otros insumos esenciales, así como la gestión en aspectos de recursos humanos y financieros; son considerados por los expertos que elaboran este documento como procesos de apoyo, que podrían perfectamente ser realizados por un personal de formación técnica.

Otro de los aspectos que se considera de gran importancia y designado como un factor crítico de éxito para el cambio de los servicios farmacéuticos basados en la atención primaria de la salud es el desarrollo de las competencias de los recursos humanos para poder enfrentar el reto de formar parte de los equipos de APS,10 algo en lo que queda mucho por hacer en la realidad cubana.

Otro de los puntos clave de trabajo para enfrentar las nuevas realidades, y que se considera de vital importancia es la actualización de la Regulación Farmacéutica, para lo cual es fundamental que se puedan llevar a cabo las funciones esenciales de regulación:10

  • marco legal/regulatorio
  • estándares de buenas prácticas
  • mecanismos de vigilancia
  • fiscalización y otros mecanismos para el cumplimiento del marco regulatorio.

Cuba tiene un sistema regulador fuerte y bien establecido, que se rige por el trabajo del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED), como Agencia Reguladora de Referencia en la región, reconocida tanto nacional como internacionalmente, la cual tiene un peso muy importante en la Reglamentación de las áreas de fabricación Industrial, Distribución y Exportación e Importación, pero no así para la actividad de farmacia comunitaria y hospitalaria cuyo marco regulador, fundamentalmente es a expensas de la Dirección de Medicamentos y Tecnología Sanitaria del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), no presenta el mismo nivel de actualización y desarrollo que la del CECMED.

En este sentido en el mes de marzo de 2016, se aprueba por el MINSAP la Resolución 88/2016 que aprueba el Reglamento General de Farmacias Comunitarias,11 el cual brinda un marco legal a las funciones que debe realizar el farmacéutico donde aparecen bien tipificadas cada una de ellas, se hace gran énfasis en la dispensación, la elaboración dispensarial, la atención farmacéutica y la farmacovigilancia; pero este Reglamento, en su artículo 7 asigna al farmacéutico un grupo de actividades económicas-administrativas que en la práctica redundan a que las tareas técnicas sean desplazadas a un segundo plano. Otro aspecto que llama la atención es que en ningún momento se hace referencia al llamado de la OPS/OMS sobre el papel de este profesional en el accionar de la APS.

Otro de los puntos abordado en el documento de la OPS/OMS, es la ética en los servicios farmacéuticos, dividiéndola en tres grandes grupos: la medicalización de la sociedad, el uso inapropiado de las tecnologías sanitarias y los procesos de acumulación de capital en este sector.10 En Cuba se trabaja en los últimos años en el desarrollo de un grupo de estrategias dirigidas a minimizar el impacto de la medicalización de la sociedad y el logro de un uso más racional de los medicamentos, con el desarrollo desde el año 1996 de la Farmacoepidemiología, no obstante aún existen aspectos de control en los que se debe continuar profundizando para evitar el desvió de medicamentos y venta ilegal de los mismos, fenómenos que a pesar de las medidas que se han tomado en todos los niveles, continúan pesando sobre la ética de los profesionales y técnicos del sector.

Con relación a la equidad en el acceso a los ME, se plantea que en muchos países de América Latina el acceso a los mismos no es equitativo y se logra, en gran parte, mediante un elevado gasto de bolsillo de los pacientes. Estudios realizados en Guatemala, Honduras y Nicaragua muestran que la probabilidad de que una persona quede excluida de dicho acceso aumenta cuando los individuos no tienen derecho a los servicios de atención a la salud. Dicha probabilidad va de 6,1 veces en Nicaragua, a 3,7 veces en Guatemala, pasando por cifras intermedias en Honduras (5,3 veces).11 Cuba está lejos de esas cifras y su sistema está diseñado para garantizar el acceso de medicamentos para todos.

La estrategia de la OMS en materia de medicamentos para el periodo 2008-2013, incorpora la orientación hacia la APS, destacando como prioridad el uso de la evidencia científica y operacional para apoyar la renovación de la APS e incrementar los programas nacionales a través de la identificación y promoción de las mejores prácticas.10 La selección de ME con base en la evidencia científica se mantiene como piedra angular para el suministro, financiamiento y reembolso, así como para el aseguramiento de la calidad y el uso racional de medicamentos para la APS,10 algo en lo que Cuba ya mostraba resultados desde la década de los 90 con la estrategia de Farmacoepidemiología, especialidad que necesita rescatar sus logros de décadas anteriores, si realmente se desea obtener resultados en este aspecto.

SERVICIOS FARMACÉUTICOS EN CUBA

En una sociedad como la cubana, donde al no existir la farmacia privada, no debe haber para el profesional farmacéutico presión alguna referente a la ganancia comercial, típica en cualquier sociedad capitalista, por lo cual el mismo estaría en condiciones de dedicar todos sus esfuerzos a las tareas de un verdadero profesional formado para mejorar la salud de la población, una función que viene desempeñando sin que sea explotado al máximo todo su potencial científico.1

Cada día es más evidente la necesidad de utilizar esta fuerza profesional, como parte integrante de la multifactorialidad de la salud, para contribuir directamente no solo al empleo científico y racional de los medicamentos en estrecha colaboración con el resto del equipo de salud, sino además para que trabaje formando parte de ese equipo en el logro de la salud integral.

Es criterio de los autores de este artículo, que entre los factores que hoy constituyen debilidades en las que se debe trabajar para lograr la integración del profesional farmacéutico al grupo de trabajo de la APS, están las siguientes:

  • carencia de profesionales farmacéuticos trabajando en farmacias comunitarias
  • insuficiente conocimiento del concepto de un Servicio Farmacéutico formando parte de la APS renovada por parte de los profesionales de la salud
  • la orientación de las políticas sanitarias en el área farmacéutica están dirigidas mayoritariamente al producto
  • la insuficiente preparación y la desmotivación de los recursos humanos en los SF para poder enfrentar el cambio de paradigma
  • la cultura predominante de los pacientes que solo creen a los médicos y los centros hospitalarios y que en muchos casos ven a las farmacias como centros expendedores de medicamentos
  • la falta de aceptación por parte del personal médico y de enfermería del farmacéutico como integrante del equipo de salud.

NECESIDAD DEL CAMBIO DE PARADIGMA

Las crecientes expectativas de la sociedad respecto a la salud y la atención sanitaria, se traducen en exigencias de servicios más centrados en el conjunto conformado por el individuo, la familia y la comunidad (IFC), un mayor nivel de atención sanitaria en el ámbito comunitario y una participación más efectiva en las decisiones.12 Por lo tanto, los cambios en los SF no pueden ser inferiores a tales expectativas.

La transición demográfica trae consigo el aumento de la esperanza de vida y de las enfermedades no transmisibles,13 junto con el desafío que representa garantizar el acceso a la atención de salud y a los recursos terapéuticos necesarios, incluidos los medicamentos. Por lo tanto, es necesario adaptar los sistemas de salud y los SF para el reconocimiento y formas distintas de comunicación, así como la acción,14 y nuevas tecnologías que convierten el acto de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades en un arte.15

Como parte del cambio de paradigma de los SF se requiere:10,15

  • Integración total del farmacéutico al grupo de trabajo de APS
  • Pasar de la Atención Farmacéutica centrada en la enfermedad, hacia una Atención Farmacéutica centrada en la salud, incluyendo la promoción y la prevención
  • Transitar de un Servicio Farmacéutico centrado en el medicamento, hacia un Servicio Farmacéutico centrado en el individuo, la familia y la comunidad
  • Lograr un trabajo en equipo con el resto de los profesionales de la APS
  • Actualizar las normas, guías y procesos para que estén acordes al nuevo paradigma
  • Lograr la adecuada capacitación de los recursos humanos y la sostenibilidad de los mismos
  • Diseñar políticas de formación profesional orientadas fundamentalmente al servicio

La OPS plantea que la misión de la profesión farmacéutica es "contribuir a la mejora de la salud y ayudar a los pacientes con problemas de salud para que hagan el mejor uso de los medicamentos. Esta misión tiene seis componentes:10

  • estar siempre disponibles para los pacientes
  • identificar, gestionar o detectar problemas de salud
  • promover la salud
  • asegurar la eficacia de los medicamentos
  • prevenir el daño causado por medicamentos
  • realizar un uso responsable de los recursos limitados de la atención sanitaria

Misión que con el nuevo paradigma, se debe enfocar fundamentalmente hacia la mejora de la salud del paciente y que de los seis componentes, el farmacéutico cubano tendrá que trabajar fuertemente en todos y hacer énfasis en el necesario cambio de mentalidad que le permita entender que su función no es estar detrás de un mostrador "vendiendo" un producto sanitario, sino que mas allá de esto, su razón de ser es formar parte de un equipo, cuyo objetivo fundamental es luchar para que los niveles de salud en Cuba sean cada vez mejores.


CONCLUSIONES

El farmacéutico cubano tendrá que trabajar fuertemente en lo orientado por la OMS/OPS con relación a la integración del profesional farmacéutico al trabajo del equipo de salud en la APS.


CONFLICTO DE INTERESES

Los autores declaran que no presentan conflictos de intereses.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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9. Organización Panamericana de la Salud. Taller "Servicios Farmacéuticos basados en Atención Primaria en Salud". [citado 7 de agosto de 2016] Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman &task=doc_view&gid=20869&Itemid=&lang=en

10. Organización Panamericana de la Salud. SERIE La renovación de la atención primaria de salud en las Américas Nº 6. Servicios farmacéuticos basados en la atención primaria de salud; 2013. [Citado 09 de agosto de 2016]. Disponible en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=21582&Itemid =

11. MINSAP. Resolución No 88/2016. Reglamento general de farmacias comunitarias. 2016. [Citado 09 de agosto de 2016]. Disponible en http://www.cecmed.cu/sites/default/files/adjuntos/Reglamentacion/goc-2016-o21_res_88-2016.pdf

12. Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud. Estudio del impacto de la exclusión de los cuidados de salud sobre el acceso a medicamentos en Guatemala, Honduras y Nicaragua. Análisis comparativo. Washington, D.C.:;2010. [Citado 14 de septiembre de 2016] Disponible en: http://new.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=7699&Itemid=

13. Organización Mundial de la Salud. Atención primaria de salud, incluido el fortalecimiento de los sistemas de salud. Resolución WHA.62.12. 62.a Asamblea Mundial de la Salud Informe de la Secretaría. Ginebra: OMS;2009. 18-22 de mayo 2009. [Citado: 10 de agosto de 2016] Disponible en: http://apps.who.int/gb /ebwha/pdf_files/A62/A62_R12-sp.pdf

14. United Nations General Assembly. Political declaration of the High-level Meeting of the General Assembly on the Prevention and Control of Non-communicable Diseases. Nueva York: UN; 2011. [Cited September 5 2016] Available from: http://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/66/L.1

15. Macinko J, Montenegro H, Adell CN, Etienne C. La renovación de la atención primaria de salud en las Américas. Rev Panam Salud Pública. 2007;21(2-3):73-84.

16. World Health Organization. Report of the consultative expert working group on research and development: Financing and coordination. Ginebra: WHO; 2012.

 

 

Recibido: 20 de noviembre de 2016.
Aprobado: 18 de diciembre de 2016.

 

 

Francisco Debesa Garcia. Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED). Martí No. 736 % 10 de Octubre y Concepción. Apto 1. Regla. La Habana, Cuba. Teléfono: 77 94 25 42. Correo electrónico: francisco@cecmed.cu; debesaf@infomed.sld.cu

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